Tesla revela el futuro de los vehículos eléctricos: nuevas baterías
Tesla (Tesla) celebró ayer el Día de la Batería 2020, que anunció muchas novedades sobre su batería y su proceso de producción. Aunque la batería divulgada no es tan revolucionaria como se esperaba, todo el proceso de producción permitirá la introducción de vehículos eléctricos más baratos en los próximos años. Conoceremos todas las novedades y consecuencias de esta nueva batería 4680.
Después de las baterías 18650 y 2170, Tesla ha anunciado su tercera pila llamada 4680 (46 mm de diámetro y 80 mm de alto). Los modelos anteriores han ido recibiendo pequeñas mejoras, como una disminución progresiva del uso de cobalto y la utilización de otros compuestos.
Baterías 4680 de Tesla: sin cobalto y sólo con níquel y manganeso
Ahora, con la batería de Tesla 4680 han conseguido prescindir enteramente del cobalto, utilizando sólo níquel y manganeso, lo cual reduce muchísimo el precio de las baterías y ayuda a tener una perspectiva de precios más estable, ya que el cobalto es escaso y muy volátil en el mercado. Tampoco quieren depender tanto del níquel, que no es precisamente barato, por lo que tendrán mezclas distintas dependiendo de los vehículos, aunque la referencia será 2/3 de níquel y 1/3 de manganeso. De cara al futuro están trabajando en incluir silicio en las baterías, lo cual puede disparar la densidad y reducir el coste considerablemente al ser uno de los materiales más abundantes de la tierra, además de hacer baterías con más durabilidad.
Cada coche de Tesla equipa miles de estas baterías cilíndricas, y pequeñas mejoras a nivel de espacio y autonomía suponen una importante mejora a nivel global en el coche. Esta nueva 4680 ofrece seis veces más potencia que las anteriores y tiene una densidad energética cinco veces mayor, pudiendo ofrecer una autonomía un 16% mayor. Cada pila es 2,5 veces más grande que las anteriores 2170.
Esta mejora es debida también al nuevo diseño de las baterías, donde se ha reducido hasta en cinco veces la distancia que tienen que recorrer los electrones en su interior, ayudando a que se genere menos calor y a aumentar la densidad con un diseño tabless (sin pestañas, o tabletas).
El proceso de producción será también más barato, donde obtendrán materiales lo más cerca posible de las fábricas. En general, el coste por kWh se reducirá a la mitad con las mejoras de diseño de las baterías, producción, materiales usados en el ánodo y cátodo, y la integración en el vehículo. Las baterías del coche formarán parte de la estructura del mismo, reduciendo el espesor del suelo, permitiendo añadir más baterías y ponerlas más en el centro del coche.
El objetivo es un aumento de la autonomía del 54%, a la vez que se reduce el precio por kWh en un 56% y la inversión por GWh en un 69%. Las baterías ya están fabricándose en Kato Road, cerca de Fremont, aunque tardarán un año en producir 10 GWh, y poco a poco irán aumentando hasta los 200 GWh. El problema para crear estas baterías es crear la máquina que pueda fabricar la máquina capaz de crear las baterías (dicho por Musk, no por Rajoy). Para 2022, esperan producir 100 GWh de baterías anuales, y llegar a producir 3 TWh anuales en 2030.
Nuevo coche de 25.000 dólares, y Model S Plaid con 1.100 caballos
Con esto, conseguirán vender un coche eléctrico por 25.000 dólares, que no llegará hasta dentro de tres años, el cual usará las nuevas baterías y será también compatible con conducción 100% autónoma. Como referencia, el Model 3 más barato en Estados Unidos cuesta 37.990 dólares.
El que sí llegará el año que viene es el Tesla Model S Plaid, con 1.100 caballos, una autonomía de 837 kilómetros, 322 km/h de velocidad máxima, y una aceleración de 0 a 100 en 2,1 segundos. El precio para el modelo base es de 139.990 dólares.